CIELO CON TIERRA
Eran las 12:30 del mediodía, el sol calentaba muchísimo. Circulábamos por una carretera comarcal para coger la carretera general.
Luis Y Susana iban delante en el coche. Yo me había acomodado detrás.
Al sacar el morro del coche a la carretera general, se escuchó una vocecita, la mía, creo que hay que ir a la izquierda. Ni Luis ni Susana lo oyeron. Salieron hacia la derecha, me debo de haber equivocado, no sé…
Salimos hacia la derecha y ya no me preocupe más. Íbamos carretera arriba hablando. Llevábamos una hora y media de camino cuando pensé que teníamos que haber pasado ya la Panadella, a eso que veo a Luis y Susana empezaban a comentar.
¡Qué largo¡ Esto no lo conozco, yo tampoco pensé...
Era un viaje que habíamos hecho cientos de veces cuando vivía la tía Fina… empezaron a comentar
¡Caramba ya quedaba poco para llegar a Zaragoza! Nuestro destino era Barcelona.
Dimos media vuelta con el agradable saber que comeríamos en el camino ¡olé¡ unas horas más de vacaciones.
Paramos en un restaurante de carretera, la comida estuvo bien, pero no nos habían avisado que las moscas entraban en el menú. No cayeron en el arroz ni en el gazpacho, pero teníamos que espantarlas continuamente.
Ya con el estómago lleno subimos mejor al coche, cogíamos el camino de regreso a nuestra hermosa ciudad.
Por el camino yo me entretenía haciendo fotografías, admirando los hermosos campos segados…sus preciosos colores, el dorado de la siega, el verde y el azul del cielo…por cierto con unas nubes blancas que cada vez eran más grandes.
¡Esto amenaza lluvia! Decía Luis
Si, parece que sí. -contestamos a la vez Susana y yo a la vez
A los pocos minutos el cielo se tornó gris, cada vez más oscuro…casi negro. Empezaron a caer gotas…
En mi imaginación, el cielo lloraba.
En la realidad la lluvia cada vez era más fuerte, los rayos más cerca y los truenos más estruendosos, la carretera se puso negra como la boca de un lobo.
En mi cabeza rondaba el Armagedón…preste oídos y vi que Luis y Susana estaban comentando lo mismo… y pensé... pues no es tanta mi imaginación, ¿ y si llega ahora?
-Ah, pues a mí me gustaría que llegara ahora, así no quedaría nadie en el mundo cuando yo muriese.
Murmullos, ¡hala que dices!
Sí, sí. Imaginaos, no que daría nada.
Pero tú tampoco, dijo Susana
Bueno y ¿qué?
Yo iba pensando para mi… se juntaron el cielo con la tierra, caerán lenguas de fuego…iba pensando y…
La tarde se había hecho noche, los relámpagos iluminaban el camino, los coches resbalaban e incluso hubo accidentes.
Íbamos muy despacio, las bromas se iban silenciando y parecía que así ahuyentábamos al peligro . Luis conduciendo más de una hora con ese infierno que caía. Por fin llego al túnel del BRUCH , pasar por el túnel fue como un bálsamo para relajar nuestras expectativas en aquellos momentos
Al salir del túnel ¡MILAGRO! No llovía, estaba más claro de lo que había estado en todo el día. Me atrevería a decir que hasta había sol.
Se acabó nuestra tensión, nuestra pesadilla. Y así pudimos llegar a casa. Por fin con paz.
Pilar Giménez López